Consecuencias

Consecuencias a largo plazo: La consecuencia fundamental a largo plazo es la pérdida de la mayoría o todos los dientes. Esta pérdida trae consigo las consecuencias propias de la dentición: dificultad al masticar, problemas de estómago, alteración estética importante, dolor, mal aliento, sangrado de encías, etc. En ocasiones, esta infección puede llegar a producir problemas cardiacos en pacientes susceptibles. 

¿Existe alguna solución?

 En los estados iniciales puede corregirse. Pero tiende a ser un cuadro crónico. Esto quiere decir que cuando el estado de la enfermedad es avanzado y se ha perdido mucho soporte óseo, lo más que se puede hacer es detener la progresión de la enfermedad para que no vaya a más. El hueso perdido es difícil de recuperar. No obstante existen técnicas regenerativas que a veces dan muy buen resultado. Es el dentista quien tiene que valorar si el paciente es susceptible de este tipo de tratamiento.